domingo, 31 de enero de 2010

viernes, 15 de enero de 2010

lunes, 4 de enero de 2010

Ausencias



En un acto desesperado entró por la ventana, dejó de batir repentinamente las alas y se lanzó en picada, amortiguando su caída en el colchón que lo envió rebotando al suelo. Se paró, se limpió las plumas y buscó en la habitación refugio para su soledad. Decidió ocultarse en el bolsillo de un viejo saco, tan viejo como el olvido y el polvo, y así alejarse de las penas y los recuerdos mundanos. Anidado ya en el bolsillo, encontró un pedazo de lana naranja que, años atrás, fue guardado por Don Alberto Cañas, ya ausente de este mundo por cuestiones que no merecerían una reseña biográfica.


Con ese pedazo de lana Don Alberto pretendía reparar un peine heredado por su padre, Don Simón Cañas. Años más tarde, el colibri dejaría de batir sus alas... historia que ya conocemos. Tomó el pedazo de lana y le dijó adiós a este mundo.



Texto: el colgado: http://colgaderas.blogspot.com